martes, 26 de marzo de 2013

Los astrocitos juegan un papel importante en la extensión de la isquemia cerebral


Una nueva investigación publicada por el Journal of Neuroscience sugiere que modificando las señales
enviadas por los astrocitos, un tipo de célula de la glía cerebral, puede ayudar a limitar la extensión del daño tras una isquemia cerebral.
La Fundación Nacional del Corazón estadounidense  informó que las isquemias cerebrales representan un 87% de los accidentes cerebrovasculares que ocurren en los Estados Unidos. Éstas están producidas por un coágulo que viaja hasta el cerebro en donde se deposita en pequeños vasos, impidiendo que la sangre fluya y por tanto que las neuronas se oxigenen.
Aunque se recupere el flujo sanguíneo, las neuronas cerebrales sufrieron una falta de oxígeno, lo que provoca que se dañen las neuronas. Este daño celular provoca problemas de salud, tales como defectos de visión, pérdida de memoria, torpeza y parálisis total ó parcial.
La investigación y los ensayos clínicos con fármacos están centrados principalmente en terapias dirigidas a las neuronas para evitar el daño cerebral, pero este estudio está centrado en los astrocitos, un tipo celular presente en el cerebro, menos conocido, como una vía alternativa para comprender y tratar las enfermedades que afectan a las neuronas cerebrales.
En modelos animales se ha visto que los astrocitos mandan señales a las neuronas los cuales pueden extender el daño causado por las isquemias. Este estudio determina que si se disminuye la señalización de los astrocitos , se puede limitar el daño causado por la isquemia, regulando las rutas de los neurotransmisores tras la isquemia cerebral.
Para probar esto los investigadores hicieron dos grupos de ratones: unos control con unos niveles de señalización por los astrocitos normales y otro grupo en el que se debilitó la señalización de los astrocitos lo suficiente para realizar más protección que destrucción. Para probar el papel de los astrocitos en los ratones, se observaron tareas motoras, tales como su manera de caminar y la manera de coger la comida, asimismo, se recogieron muestras de tejido cerebral para compararlas.

Fuente: ScienceDaily.

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