lunes, 13 de octubre de 2014

Un nuevo descubrimiento podría reducir las dosis de quimioterapia en el tratamiento del cáncer

No importa el tipo de quimioterapia que se emplee para el tratamiento del tumor, muchas células cancerígenas recurren a la misma táctica de supervivencia: Empiezan a comerse a sí mismas.
Científicos de la Brigham Young University han descubierto las dos proteínas que se emparejan y ponen en marcha este proceso, conocido como autofagia, que podría volver a los tumores más quimio-sensibles.
"Esto nos da una vía terapéutica para atacar la autofagia en los tumores", dijo Josh Andersen, un profesor de química de esta Universidad. "La idea sería hacer los tumores más quimio-sensible. Se podría atacar a estas proteínas, de tal manera que se bloquee el mecanismo de autofagia, lo que permitiría que con dosis más bajas de quimioterapia se pueda mejorar la supervivencia del paciente."
Con dosis más bajas, los efectos secundarios serían más leves. Varios laboratorios llevaron a cabo la búsqueda de este interruptor. Por una buena razón, varios laboratorios diferentes comenzaron a investigar con una proteína llamada Atg9 como su principal responsable y luego buscaron su cómplice entre miles de otras proteínas.
Pero el equipo de la Brigham Young University, compuesto principalmente por estudiantes predoctorales, tropezó en la búsqueda de forma inesperada, al investigar en una dirección diferente. Querían saber por qué las células cancerígenas producen en exceso una proteína denominada 14-3-3 zeta.
Usando tejidos de una biopsia de cáncer de mama, obligaron a las células tumorales a que sufriesen autofagia, privándolas de oxígeno y glucosa. En comparación con un grupo control, observaron que estas dos proteínas sólo se unen cuando son atacadas. Esto es debido a que el estrés hace que la proteína  Atg9 sufra una modificación que permite a la proteína 14-3-3 zeta que se una a ella, cambiando la célula cancerígena al modo supervivencia.
"Este enfoque único que hemos utilizado, en parte, por suerte, nos dio una ventaja", dijo Andersen. "Yo no creo que hubiéramos descubierto esto a través de los enfoques más convencionales."
Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Molecular and Cellular Biology .
Andersen señala que ya existen varios medicamentos que podrían bloquear la autofagia y hacer más efectiva la quimioterapia. Uno de ellos se llama cloroquina, un medicamento contra la malaria inventado en 1934. En el caso de que este y otros inhibidores actuales puedan emplearse de forma segura o no sean efectivos, el estudio ofrece un plan para el desarrollo de un fármaco específico para esta acción.
Fuente: ScienceDaily

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