Un factor de coagulación diseñado por ingeniería genética, el cual controla la hemofilia en un estudio llevado a cabo en animales, nos ofrece un nuevo tratamiento potencial de la hemofilia humana y para una amplia gama de otros problemas hemorrágicos.
Una proteína diseñada por bioingeniería controla con seguridad las hemorragias de ratones con hemofilia.
Los investigadores tomaron como molde la forma natural del factor de coagulación Xa (FXa), una proteína que se activa durante la coagulación sanguínea, y la diseñaron formando una nueva variante que controla con seguridad las hemorragias en ratones modelo con hemofilia. “La variante que hemos diseñado altera la forma del FXa, para hacerlo más seguro y eficaz, en comparación con el tipo salvaje, siendo mucho más duradera en la circulación sanguínea”, dijo el líder del estudio, Rodney A. Camire, un investigador del campo de la hematología en el The Children´s Hospital of Philadelphia.
“La forma de la variante FXa cambia cuando interactúa con otro factor de coagulación el cual está disponible tras una lesión”, añadió Camire. “Esto aumenta la actividad de la proteína la cual ayuda a detener la hemorragia”. Camire es profesor de pediatría en la Perelman School of Medicine de la University of Pennsylvania.
Este estudio se ha publicado recientemente en la versión online de la revista Nature Biotechnology.
En la hemofilia, una enfermedad hereditaria causada por una sola mutación genética, afecta a la capacidad del paciente de producir una proteína implicada en la coagulación sanguínea, lo que conduce a la aparición de hemorragias espontáneas, siendo estas, a veces, una amenaza para la vida. Las dos principales formas de la enfermedad, las cuales ocurren casi exclusivamente en los hombres, son la hemofilia A y la hemofilia B, las cuales se caracterizan según el factor de coagulación específico del que son deficientes. Los pacientes son tratados con infusiones frecuentes de las proteínas de coagulación, las cuales son caras y a veces estimulan al cuerpo a producir anticuerpos que contrarrestan los beneficios del tratamiento.
Entre el 20 y 30 por ciento de los pacientes con hemofilia A y el 5 por ciento de los pacientes con hemofilia B desarrollan estos anticuerpos inhibidores. Para estos pacientes, el tratamiento convencional, denominado “terapia bypass”, consiste en el uso de fármacos como el factor VIIA y concentrados del complejo activador de la protombina (aPCCs), con el objetivo de restaurar la capacidad de coagulación sanguínea. Sin embargo, estos agentes son muy caros (pueden costar hasta 21.000 euros por tratamiento) y no siempre son eficaces. Camire añadió que en el estudio llevado a cabo actualmente en animales, fueron capaces de demostrar que la proteína variante es más eficaz a una dosis más baja que el FVIIa.
La gama de opciones para los pacientes de hemofilia podría mejorar si los resultados del estudio llevado a cabo en animales pueden repetirse en los humanos. “La variante que hemos desarrollado pone de nuevo sobre la mesa al FXa como un posible agente terapéutico”, dijo Camire. El FXa natural, debido a su forma particular, no es útil como agente terapéutico, ya que los procesos biológicos normales desactivan muy rápidamente su actividad.
Por un diseño propio de una forma diferente de la proteína FXa, producido en el estudio llevado a cabo por el equipo de Camire, le proporciona a la proteína un periodo más largo de actividad, al tiempo que se limita su capacidad de participar en reacciones bioquímicas no deseadas, así como provocar una coagulación excesiva. “Esto podría conducir a una nueva clase de “terapia Bypass”, para la hemofilia, pero actuando aguas abajo en la ruta de formación de coágulos, más que las terapias actuales”, dijo Camire, quien ha investigado la bioquímica de las proteínas de la coagulación sanguínea durante más de una década.
Cuando se perfunde la variante de FXa en ratones con hemofilia, se reduce la pérdida de sangre tras una lesión, ya que se restaura con seguridad la capacidad de coagulación de la sangre. Se necesita más estudios en animales modelo grandes para determinar si este método puede convertirse en un tratamiento clínico para los pacientes de hemofilia que hayan desarrollado inhibidores, ó incluso más ampliamente como un fármaco para tratar las hemorragias descontroladas en otras situaciones clínicas.
El apoyo financiero de esta investigación proviene del National Institutes of Health, Pfizer inc., y el National Hemophilia Foundation.
Fuente: Science Daily
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