martes, 23 de octubre de 2012

Tratamiento de enfermedades vasculares mediante células del líquido amniótico reprogramadas

Un equipo de investigación del Weill Cornell Medical College ha descubierto una vía para utilizar las células del diagnóstico por amniocentesis prenatal, reprogramándolas en unas células endoteliales abundantes y estables, capaces de regenerar vasos sanguíneos dañados y reparar órganos lesionados.
El estudio, publicado en la revista Cell, dibuja una pintura sobre una futura terapia en donde el fluido amniótico recogido de miles de amniocentesis al año, durante la fase intermedia del embarazo, con el objetivo de analizar los cromosomas del feto, podría ser recogida con el permiso de las mujeres que se están sometiendo a la prueba. Estas células, las cuales no son embriónicas, pueden ser tratadas a continuación con un trío de genes que las reprograman rápidamente en billones de células endoteliales, las células que rodean todo el sistema circulatorio. Las nuevas células endoteliales podrían ser congeladas y almacenadas de la misma manera que se almacena la sangre, y los pacientes que necesiten reparar sus vasos sanguíneos pueden recibir estas células a través de una simple inyección.
Si esto es probado en futuros estudios, esta nueva terapia podría mejorar dramáticamente el tratamiento de trastornos relacionados con un sistema vascular dañado, entre los que se incluyen enfermedades cardíacas, fallos fulminantes, enfermedades pulmonares como el enfisema, diabetes y traumas, dijo el investigador Dr. Shahin Rafii, profesor de Medicina Genética en el Weill Cornell Medical College y co-director del Ansary Stem Cell Institute.
“Actualmente, no existe un tratamiento curativo disponible para pacientes con enfermedades vasculares, y el denominador común de todas estas enfermedades es una disfunción en los vasos sanguíneos, específicamente en las células endoteliales que son los bloques de construcción de los vasos”, dijo el Dr. Rafii, que también es investigador del Howard Hughes Medical Institute.
Pero estas células hacen mucho más además de aportar la “canalización” para la sangre en movimiento. El Dr. Rafii ha liderado recientemente una serie de estudios de transformación que mostraron que las células endoteliales en los vasos sanguíneos producen factores de crecimiento que participan activamente en el mantenimiento, reparación y regeneración de los órganos. Por lo que cuando los vasos sanguíneos dañados no son capaces de reparar los órganos a los cuales nutren con sangre, dice que sí que podría una infusión de nuevas células endoteliales.
“El reemplazo de células endoteliales disfuncionales por un trasplante de células endoteliales cultivadas, correctamente diseñadas y normales podría proporcional potencialmente una nueva terapia para muchos pacientes”, dijo el coautor, el Dr. Sina Rabbany, profesor de bioingeniería en Medicina Genética en Weill Cornell. “Con el objetivo de diseñar tejidos con unas dimensiones clínicamente revelantes, las células endoteliales pueden ser ensambladas en esqueletos tridimensionales porosos que, una vez que son introducidos en el órgano lesionado del paciente, podrían formar verdaderos vasos sanguíneos”.
El Dr. Rafii dijo que este estudio potencialmente podrá crear un nuevo campo en la medicina vascular translacional. Estimó que en torno a cuatro años será necesario para un trabajo preclínico poseer una aprobación de la FDA para comenzar ensayos clínicos en humanos oara avanzar en el potencial de las células endoteliales reprogramadas para el tratamiento de trastornos vasculares.
Aparte de su estudio, el equipo de investigación probó en ratones, que las células endoteliales reprogramadas de células amnióticas humanas pueden ser injertadas en un hígado dañado, para formar vasos sanguíneos estables, normales y funcionales. “Hemos visto que estas células endoteliales injertadas tienen la capacidad de producir factores de crecimiento únicos que promueven la regeneración de las células hepáticas”, dijo el investigador jefe del estudio, el Doctor Michael Ginsberg, perteneciente al laboratorio del Dr. Rafii.
“La novedad de esta técnica es que, de un total de 100000 células amnióticas, una pequeña cantidad, hemos crecido más de seis millones de nuevas y auténticas células endoteliales en cuestión de semanas”, dijo el Dr. Ginsberg. “Y cuando inyectamos estas células en los ratones, una cantidad substancial de éstas fueron injertadas para la regeneración de vasos. Es destacable ver que estas células fueran derechas a construir nuevos vasos sanguíneos en el hígado así como la producción de las factores de crecimiento correctos que pudieran potencialmente regenerar y reparar los órganos dañados”.
Hasta la fecha, ha habido muchos intentos fallidos para producir células endoteliales que puedan ser utilizadas para el tratamiento de los pacientes. El aislamiento de células endoteliales procedentes de órganos adultos y que posteriormente puedan ser crecidas en el laboratorio resulta no ser eficiente, de acuerdo con lo dicho por el Dr. Daylon James, coautor del estudio. Los intentos por producir estas células a partir de las células madre pluripotentes de nuestro cuerpo tampoco han funcionado. Los experimentos han demostrado que las células madre pluripotentes prototípicas, así como las células madre embriónicas, las cuales tienen el potencial de convertirse en cualquier tipo celular del cuerpo, producen células endoteliales, pero a menudo crecen muy poco, y si éstas no se diferencian completamente podrían causar cáncer potencialmente. “Persuadir a las células adultas para revertir su estado al de células madre, y que a continuación puedan ser empujadas para que formen células endoteliales es, a este punto, no clínicamente posible, y estudios que se están llevando a cabo en mi laboratorio están centrados en la consecución de este objetivo”, dijo el Dr. James.
Sin embargo, el equipo del Dr. Rafii busca una nueva fuente de células que pueda convertirse en una inmensa fuente de células endoteliales estables. Han probado con las células derivadas del líquido amniótico, las cuales en algunos estudios se ha sugerido que tienen el potencial de volverse tipos celulares diferenciados, si son estimuladas de la manera correcta, la cual aún no ha sido identificada.
En sus primeros experimentos con estas células hace tres años, el Dr. Ginsberg ha usado células recogidas de una amniocentesis realizada a las 16 semanas de gestación. Los investigadores encontraron que las células amnióticas son los “ricitos de oro” de la programación celular. “No son tan plásticas e inestables como las células endoteliales derivadas de células embrionarias, o tan tercas como las producidas de células adultas diferenciadas reprogramadas”, dijo el Dr. Ginsberg. En cambio, dijo que las células amnióticas proporcionan las condiciones correctas, el denominado “principio de ricitos de oro”, para la producción de células endoteliales.
Pero con el objetivo de realizar este descubrimiento, los investigadores tenían que conocer cómo se reprograman las células amnióticas. Con este fin, miraron los genes que las células madre embrionarias emplean para diferenciarse a células endoteliales. El grupo del Dr. Rafii identificó tres genes que son expresados durante el desarrollo vascular, todos pertenecientes a la familia de factores de transcripción E-twenty six (ETS, de sus siglas en inglés), los cuales se conoce que regulan la diferenciación celular, especialmente durante la formación de los vasos sanguíneos.
A continuación, utilizaron la tecnología de transferencia génica para insertar estos tres genes en las células amnióticas maduras, y a continuación se bloqueó uno de ellos durante un periodo corto de actividad, que resultaba crítico, usando un inhibidor molecular especial. Cabe destacar, que un 20% de las células amnióticas maduras pueden ser eficientemente reprogramadas a células endoteliales. “Éste es un gran logro, dado que las estrategias actuales para reprogramar células adultas a células endoteliales se produce un éxito en menos del 1% de las células”, dijo el Dr Rafii.
“Estos factores de transcripción no causan cáncer, y las células endoteliales reprogramada de las células amnióticas humanas son no tumorigénicas y en un futuro podrían ser inyectadas en pacientes con un alto margen de seguridad”, dijo el Dr. Ginsberg.
Los hallazgos sugieren que otros factores de transcripción podrían ser usados para reprogramar las células amnióticas en muchos tipos celulares específicos de tejido, como pueden ser aquellas que forman parte de los músculos, del cerebro, de los islotes pancreáticos y de otras partes del cuerpo.
“Cuando nuestro trabajo se enfocó en un primer lugar en la reprogramación de las células amnióticas a células endoteliales, nos suponíamos que a través del uso de otros factores de transcripción y condiciones de crecimiento, nuestro grupo y otros grupos seríamos capaces de reprogramar células amnióticas, tanto de ratón, como de humano, virtualmente en cualquier tipo celular, tales como hepatocitos del hígado, cardiomiocitos del músculo cardíaco, neuronas del cerebro y también condrocitos del cartílago, por decir unos pocos”, dijo el Dr. Ginsberg.
“Obviamente, las implicaciones de estos hallazgos podrían ser enormes en el campo de la medicina regenerativa translacional”, enfatizó el co-autor Dr. Zev Rosenwaks. “El gran obstáculo que hay que superar en la búsqueda de la regeneración de órganos y tejidos específicos, es el requerimiento de niveles sustanciales de células, billones, que sean estables, seguras y duraderas. Nuestro enfoque nos acercará a este hito”.
“Con mayor importancia, estas células endoteliales podrían ser reprogramadas de células amnióticas a partir de individuos genéticamente diversos”, dijo el Dr Venkat R. Pulijaal. Las células endoteliales que reciba un determinado paciente podrían depender de su tipo de antígeno leucocitario humano (HLA), el cual es un conjunto de moléculas de auto reconocimiento que permite a los médicos asignar a un paciente con donantes potenciales de sangre ó de tejidos.
“Seleccionando las células que coincidan inmunológicamente con cada uno de los pacientes, sería como hacer un genotipado sanguíneo. Hay una pocas variedades  las cuales están bien representadas a través de las células del líquido amniótico que podrían obtenerse, congelarse y almacenarse, provenientes de la gran variedad de grupos étnicos presentes alrededor del mindo”, dijo el Dr. Rafii.
Se ha presentado una patente junto a este descubrimiento.

Fuente: Weill Cornell Medical  College (2012, October 18) Reprogrammed amniotic fluid cells could treat vascular diseases. ScienceDaily

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