Un nuevo estudio muestra que cuando los ratones ingieren grasa, ésta estimula los mismos botones sinápticos que estimula el ingrediente activo del cannabis, indicando éste al cuerpo que siga comiendo.
El descubrimiento del mecanismo molecular que produce la orden de “come, come”, hará que sea más fácil desarrollar medicamentos que inhiban el apetito desenfrenado y otros problemas relacionados con el sobrepeso, afirma el farmacólogo Danielle Piomelli, quien ha dirigido este trabajo.
En realidad, Piomelli y su equipo estaban interesados en compuestos denominados endocannabinoides, los cuales son una versión producida por nuestro cuerpo del ingrediente activo del cannabis, y el papel que juegan en el exceso de apetito. Varios tipos de endocannabinoides son liberados en el cerebro y en el resto del cuerpo, pero los investigadores aún están descubriendo los aspectos esenciales de dónde y cuándo estos compuestos regulan el estado de ánimo y el comportamiento.
Los investigadores alimentaron ratas a partir de 4 dietas líquidas diferentes: una a partir de grasas ( en forma de aceite de maíz), otra a partir de proteínas, otra a partir de glúcidos y la última era un batido nutritivo compuesto por lípidos, proteínas y glúcidos. Para asegurarse de que las señales emitidas por el sistema digestivo no interfiriesen con el experimento, se implantó quirúrgicamente una válvula en la zona superior del estómago de las ratas, con el objetivo de drenar los alimentos una vez ingeridos. A continuación, midieron la actividad de los endocannabinoides en el cerebro y en otros tejidos. Al comparar con las ratas que sólo se alimentaban de proteínas ó de glúcidos, las ratas con una dieta rica en lípidos tenían un aumento en la actividad de los endocannabinoides en su
intestino, de esto informó el equipo el 5 de julio en la revista Proceedings of Academical Sciences. Algunos trabajos anteriores ya habían relacionado la actividad de los endocannabinoides con los atracones. Cuando se administra un compuesto que bloquea los botones sinápticos sobre los que actúan los endocannabinoides, las ratas alimentadas con grasas inmediatamente dejan de comer.
“Éste fue un efecto muy llamativo”, afirma Piomelli, Miembro de la Universidad de California en Irvine y del Instituto Italiano de Tecnología, situado en Génova.
Que exista un circuito de retroalimentación que fomente a las ratas a pegarse atracones de grasa tiene sentido, dice Angelo Izzo, de la Universidad Federico II de Nápoles, Italia, persona que no ha estado involucrada en el trabajo. Desde el punto de vista evolutivo, las grasas fueron en un tiempo un bien valioso y raro, el cual desempeñó un papel fundamental en la supervivencia.
Esta nueva investigación es interesante porque sugiere que bloqueando la actividad de los endocannabinoides se podría evitar comer en exceso, dice Izzo. Ya se había diseñado un medicamento para realizar precisamente esto, pero resultó que éste interfería con la actividad de los endocannabinoides de cerebro, haciendo a las personas más ansiosas e irritables. Pero en este nuevo trabajo, las actividades que activaron las grasas se localizaron en el intestino. El equipo de Piomelli tiene la esperanza de generar nuevos fármacos que no actúen a nivel de cerebro.
Fuente: Science news
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