domingo, 10 de julio de 2011

La NASA analiza cuevas gallegas para estudiar como sería la posible vida en Marte

La NASA busca en hábitats extremos de la Tierra modelos que expliquen la evolución de la vida en Marte. Lo lleva haciendo desde hace muchos años para dirigir a los Rover (robots exploradores) hacia posibles localizaciones donde pudo existir la vida en el pasado del planeta rojo o donde incluso se pueden ocultar microorganismos en condiciones favorables. Las minas de Riotinto (Huelva), las cuevas bajo el hielo de Suecia, las fuentes termales de Islandia o el desierto chileno de Atacama son algunos de los inhóspitos escenarios en los que los científicos llevan buscando pistas sobre la vida marciana, a los que ahora hay que añadir las rocas ígneas de las cuevas gallegas, tanto plutónicas como volcánicas.

La NASA ya se había interesado por ellas gracias a la colaboración que mantiene desde hace tiempo el Centro Nacional de Astrobiología, organismo colaborador de la agencia norteamericana, con el Instituto de Xeoloxía Isidro Parga Pondal, de la Universidade da Coruña, que lleva más de treinta años estudiando estos entornos. Este interés se acaba de materializar con una visita que acaban de realizar un grupo de geólogos de la NASA para recoger muestras de los microorganismos que crecen en las rocas de las cuevas galaicas, que han llevado a analizar a los estados unidos.

«Hasta ahora -explica Juan Ramón Vidal Romaní, director del instituto- se habían centrado en rocas calizas (como las de Riotinto), pero les dijimos que en Marte hay muchas rocas magmáticas volcánicas, como las de aquí, les enseñamos en lo que estábamos trabajando y se interesaron por ello».

Las muestras tomadas se van a preparar en pequeñas placas para esterilizarlas y luego se enviarán de nuevo al Instituto de Xeoloxía para ser introducidas de nuevo en lugares señalados de las cuevas y luego, al cabo de un año, comprobar si han sido colonizadas por bacterias.

«De las muestras que se llevaron de microorganismos -añade Vidal Romaní- van a hacer cultivos y determinar su ADN para identificarlas y tener así la asignatura biológica de esos organismos». Los geólogos norteamericanos permanecieron tres días recogiendo muestras, junto a sus colegas gallegos, en cuevas del norte de norte de Portugal; en la sierra de O Galiñeiro, en O Felón, cerca de Vigo; y en Monte Louro y O Pindo.

De esta colaboración inicial se espera que surja un proyecto oficial financiado por la NASA en la que los investigadores se encargarán de estudiar las muestras fósiles de las cuevas (estalagmitas), que han sido datadas en más de tres mil años de antigüedad.

«Ellos -apunta Vidal Romaní- se encargan de estudiar lo que ocurre en el momento actual, de la biología, y nosotros del trabajo geológico».

En entornos de agua y rocas magmáticas (granitos y basaltos) como las gallegas se ha demostrado que existe una gran variedad de microorganismos. Como Marte también reúne estas condiciones, la pregunta, entonces, es ¿por qué no los hubo o incluso no los puede haber allí?

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