Se conoce que el alcohol se trata de un agente cancerígeno para el ser humano en la parte superior del tracto aéreo y digestivo, en el colon y recto y en las mamas de las mujeres. La evidencia sugiere que el acetaldehído, el principal metabolito del alcohol, juega un papel importante en cáncer de esófago relacionado con el alcohol. Un nuevo estudio en el que se utilizaron células humanas han establecido vínculos entre el metabolismo del alcohol y el daño producido en el ADN por el acetaldehído, el cual puede tener implicaciones en el cáncer de mama y de hígado.
Los resultados se publicarán en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research.
“Aunque la relación entre beber alcohol y ciertos tipos de cánceres se ya se describió en la década de los 80, la existencia de tal relación no prueba que el alcohol por sí mismo sea el causante del cáncer. La evidencia más reciente, sin embargo, ha confirmado que el alcohol, o más específicamente, el etanol, es un agente cancerígeno para el ser humano en algunos lugares del cuerpo”, dijo Philip J. Brooks, director del programa en la División de Metabolismo y Efectos sobre la Salud en el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (NIAAA). Brooks, autor del estudio, ha realizado esta investigación mientras era investigador en el Laboratorio de Neurogenética en el NIAAA.
Cuando el alcohol se metaboliza en el cuerpo humano, se convierte en acetaldehído, una substancia química que estructuralmente es similar al formaldehido. El acetaldehído puede causar daños en el ADN, desencadena alteraciones cromosómicas en estudios con células en cultivo y actúa como un carcinógeno animal.
“En la mayoría de la gente el acetaldehído se metaboliza rápidamente a acetato, una substancia que es relativamente inofensiva, esta metabolización es llevada a cabo por la enzima aldehído deshidrogenasa 2 (ALDH2)”, dijo Brooks. “Sin embargo, aproximadamente el 30% de los habitantes del Este de Asia son incapaces de metabolizar el alcohol en acetato, debido a que portan una variante genética del gen ALDH2, y tienen un riesgo muy elevado de padecer cáncer de esófago por beber alcohol. Esto ayudó a los investigadores a establecer la carcinogenicidad del acetaldehído en humanos y su papel en el cáncer de esófago relacionado con la ingesta de alcohol”.
Brooks explicó que cuando las células se dividen, éstas tienen que replicar su ADN genómico. “Sin embargo, cuando el ADN está dañado, la replicación no puede continuar. La red anemia de Fanconi-cáncer de mama (FA-BRCA), se trata de un conjunto de proteínas que responden al daño en el ADN al coordinar la reparación del ADN ó ayudando a la maquinaria de replicación del ADN a realizar un bypass a la zona de ADN dañada, lo que permite que la maquinaria de replicación continúe. En el cuerpo humano, la red FA-BRCA parece ser particularmente importante en la protección frente al cáncer de mama”, dijo.
Brooks y sus colegas utilizaron células humanas diseñadas para metabolizar el alcohol en acetaldehído con la misma enzima, la alcohol deshidrogenasa 1B (ADH1B), la cual se expresa en el hígado y en el tejido mamario. Expusieron estas células a alcohol a unas concentraciones equivalentes a los niveles encontrados en el cuerpo humano durante un botellón.
“Encontramos que las células convierten el alcohol en acetaldehído, lo que se traduce en que se incrementan los niveles de daños en el ADN debidos al acetaldehído”, dijo. “Además, las células respondieron con la activación de la red FA-BRCA, lo cual se midió por dos métodos diferente”.
“A medida que hemos realizado nuestro trabajo en un sistema de células en cultivo, usando concentraciones de alcohol ajustadas a los niveles de alcohol en sangre que se tienen en un botellón, queda por demostrar si los resultados reflejan lo que pasa en el cuerpo humano durante el consumo de alcohol”, dijo Brooks. “Del mismo modo, mientras nuestro trabajo es coherente con el papel del acetaldehído en los cánceres de mama y de hígado relacionados con el alcohol, será necesario realizar más estudios tanto en animales como en humanos para demostrar este papel”.
Brooks añadió que espera que esta investigación y sus hallazgos animen a otros investigadores para llevar a cabo más estudios, especialmente en los seres humanos, para explorar el grado en el que el acetaldehído resultante del metabolismo del alcohol, causa daño en el ADN y activa la red FA-BRCA en células del hígado y de mama.
Fuente: Science Daily
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