lunes, 19 de septiembre de 2011

Una proteína celular puede reducir el crecimiento y la propagación de las células cancerígenas

De acuerdo con la Canadian Cancer Society, uno de cada cuatro canadienses van a morir de cáncer. Sólo este año se estima que van a morir un total de 75.000 personas de cáncer. Con un aumento de la tasa de incidencia, cada vez más pacientes se enfrentan a pronósticos graves. Afortunadamente, el doctor John Lewis, la doctora Ann Chambers y sus colegas pertenecientes al Lawson Health Research Institute, han encontrado una nueva esperanza para la supervivencia. Su nuevo estudio, publicado en la revista Laboratory Investigation, muestra que la proteína celular maspin, puede reducir el crecimiento y la propagación de las células cancerígenas, pero sólo cuando ésta está en el núcleo celular.

Se cree que la proteína maspin inhibe la formación, desarrollo y progresión de los tumores en varios tipos de cáncer agresivo, incluyéndose entre ellos el de mama, el de ovarios y el cáncer de la cavidad laringobucal. Sin embargo, los esfuerzos para utilizar esta información para predecir cómo progresarán los pacientes con cáncer es todo un desafío; la presencia de maspin se asocia tanto a buenos como a malos pronósticos. Los doctores Lewis y Chambers y todo su equipo creen que este sinsentido se debe a la localización que la proteína ocupe en la célula, ya sea en el núcleo ó en el citoplasma, se trató de probar esta teoría.

Para evaluar los efectos de la proteína sobre el desarrollo y el crecimiento tumoral, probaron con dos cánceres muy agresivos: un cáncer de la cavidad bucal muy agresivo y un cáncer de mama que se sabe que se disemina a los nódulos linfáticos y a los pulmones. El equipo introdujo dos formas de la proteína maspin en las células cancerígenas, una forma que entró en el núcleo y otra que fue bloqueada desde el núcleo. Luego inyectaron estas células en embriones de pollo y en ratones modelo de cáncer, y se realizó una pregunta muy simple. ¿En cuál se ha frenado el desarrollo del cáncer?

Resulto ser que la respuesta a la pregunta era simple: cuando a la proteína maspin se le permitía introducirse en el núcleo de las células cancerígena, la capacidad de las células cancerígenas para extenderse se vio significativamente limitada. De hecho, la incidencia de la metástasis se redujo del 75% al 40%. Cuando la proteína maspin no se situó en el núcleo, la capacidad de frenar la extensión de las células cancerígenas disminuyó, siendo mucho más probable que se propagasen las células sanguíneas. Estos hallazgos demuestran que la localización intracelular de la proteína influye significativamente en el comportamiento de las células cancerígenas, determinando cómo de agresiva será la enfermedad y cómo será la evolución de los pacientes.

“La diferencia es noche y día”, dijo del Dr. Lewis. “La metástasis es la causa del 90% de las muertes por cáncer. Ahora podemos ver claramente que esta proteína está trabajando en el núcleo para reducir drásticamente la extensión y el tamaño de la metástasis”.

“Este estudio resuelve el misterio de por qué la proteína maspin unas veces se asocia a unos peores pronósticos en los pacientes, y otras veces se asocia con un buen pronóstico en los pacientes”, explicó el Dr. Chambers. “Nuestro nuevo trabajo sugiere que cuando la maspin se localiza en el núcleo, bloquea el crecimiento y la propagación del cáncer. Este estudio puede ayudar a los médicos a entender cómo será de agresivo el cáncer de un determinado paciente, además de servir para el desarrollo de nuevos objetivos para el desarrollo de fármacos”.

La investigación fue financiada a través de una beca postdoctoral de la Terry Fox Foundation, por la Canadian Breast Cancer Research Alliance, por la Canadian Cancer Society Research Institute y el Canadian Institutes of Health Research.

Fuente: Science Daily.

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