La hormona, perteneciente al sistema reproductor, ayuda a
regular la infesta de alimentos y el metabolismo energético sin causar efectos
adversos, según se concluye de un estudio realizado en animales. Los resultados
se han presentado en la 94 reunión anual de la Sociedad de Endocrinología,
llevada a cabo en Houston.
Secretada en el cerebro, esta hormona de origen neuronal
ayuda a iniciar las contracciones del útero y de las glándulas mamarias
productoras de leche durante el nacimiento y la lactancia. La principal
investigación, llevado a cabo por Yuko
Maejima, también relacionaron la oxitocina con el proceso de control de ingesta
y de uso de la energía.
“Estos hallazgos revelan un nuevo efecto de la oxitocina anti
obesidad y anti síndrome metabólico, por eso, nuestros resultados proporcionan
una avenida para desarrollar un tratamiento seguro basado en la oxitocina para
tratar la obesidad”, dijo Maejima.
El exceso de peso se trata de un factor de riesgo para
numerosas enfermedades, incluyéndose diabetes, enfermedades del sistema
cardiovascular y cáncer. Siendo el exceso de peso el mayor problema alrededor
del mundo. Las tasas de obesidad se han más que duplicado desde 1980, de
acuerdo a los datos de la Organización Mundial de la Salud, la cual indica que
más de 1,4 billones de adultos tienen sobrepeso de los cuales, más de 500
millones son obesos.
En un modelo de obesidad animal, los investigadores
encontraron que inyecciones diarias de oxitocina reducen la cantidad de comida
que los animales consumen, así como disminuir el peso de estos animales durante
y nueve días después del tratamiento.
Se han observado resultados similares cuando se administra
la oxitocina mediante mini-bombas implantadas. Este método de liberación de
fármacos también reduce la grasa hepática, mejorando la tolerancia a la
glucosa, y disminuyendo la grasa abdominal, la cual es el mayor factor de
riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares. Adicionalmente, las
mini-bombas disminuyen el tamaño de los adipocitos, las células que acumulan
grasa, pero no afectan adversamente a la presión sanguínea ó a los niveles de
actividad.
“Los hallazgos de que el tratamiento periférico con
oxitocina no tienen efecto sobre los valores normales de presión sanguínea o en
la actividad locomotora del ratón modelo sugiere que la oxitocina podría no
influenciar al sistema cardiovascular ó a las emociones”, dijo Maejima.
Para inducir la obesidad, los investigadores en un primer
lugar alimentaron a los animales con una dieta rica en grasas. A continuación,
administraron la oxitocina por medio de una inyección durante un total de 17
días, y mediante las mini-bombas implantables durante 13 días.
Fuente: Science Daily.
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