domingo, 16 de diciembre de 2012

Se consigue revertir la obesidad en ratones manipulando la producción de una enzima


Aproximadamente un 68% de los adultos en los Estados Unidos tienen sobrepeso ó son obesos, según el National Cancer Institute, lo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes, y otras tantas enfermedades crónicas. Pero un equipo internacional de investigadores, liderados por Andrew Larner, investigador del Massey Cancer Center, perteneciente a la Virginia Commonwealth University, ha conseguido revertir la obesidad exitosamente en ratones manipulando la producción de una enzima, denominada proteína tirosina quinasa 2 (Tyk2). En sus experimentos, los científicos descubrieron que la Tyk2 ayuda a regular la obesidad en ratones y en humanos a través de la diferenciación de un tipo de tejido graso conocido como tejido adiposo pardo (BAT).
El estudio, publicado en la revista Cell Metabolism, es el primero que proporciona evidencias de la relación entre la enzima Tyk2 y el tejido adiposo pardo. Estudios previos liderados por Larner y su equipo descubrieron que Tyk2 ayuda a suprimir el crecimiento y la metástasis en el cáncer de mama, y  ahora el estudio actual sugiere que esta misma enzima podría ayudar a proteger frente al cáncer y revertir la obesidad.
Los científicos fueron capaces de revertir la obesidad en ratones que no expresan la enzima Tyk2, al expresar una proteína conocida como proteína transductora de señales y activadora de la transcripción 3 (Stat-3). Stat-3 está implicada en la expresión de una gran variedad de genes, por lo que regula un gran conjunto de procesos celulares.  Los investigadores encontraron que Stat-3 forma un complejo con la proteína conocida como PRDM16, con el objetivo de restaurar el desarrollo del tejido adiposo pardo y disminuir la obesidad.
“Hemos descubierto que los niveles de Tyk2 en ratones están regulados por la dieta. Entonces analizamos muestras tisulares de humanos y hemos encontrado que los niveles de Tyk2 eran un 50% menores en las personas obesas”, dijo Larner. “Nuestros hallazgos abren unos nuevos caminos potenciales para la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos nutricionales y farmacológicos de la obesidad”.
Existen dos tipos diferentes de grasa: el tejido adiposo blanco (WAT) y el tejido adiposo pardo (BAT). El WAT es la principal reserva energética de nuestro cuerpo. El BAT se emplea para la generación de energía con el objetivo de mantener la temperatura corporal. Los depósitos de BAT están presentes en todos los mamíferos, pero hasta hace poco, los científicos pensaban que BAT sólo estaba activo en los recién nacidos, y no en los humanos adultos. Sólo en los últimos cuatro años se ha demostrado que el tejido adiposo pardo está presente en adultos y ayuda a regular el gasto energético. Además, la investigación muestra que una actividad disminuida del tejido adiposo pardo está asociada con el síndrome metabólico, una combinación de trastornos que incrementan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes. Los investigadores estimaron que el síndrome metabólico podría afectar aproximadamente hasta un 25% de la población estadounidense.
“Hemos hecho una serie de observaciones muy interesantes en este estudio, pero hay muchas preguntas que aún no han sido contestadas”, dijo Larner. “Hemos planeado realizar una investigación con más profundidad en las acciones de la Tyk2 y de Stat3 con el objetivo de entender mejor el mecanismo implicado en el desarrollo del tejido adiposo pardo. Creemos que esta investigación podrá ayudar a descubrir nuevas dianas para tratar una gran variedad de enfermedades que se relacionan con la obesidad, tales como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes”.

Fuente: Virginia Commonwealth University (2012, December 5). Obesity reversed in mice by manipulating production of an enzyme. ScienceDaily.

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