Aproximadamente un 68% de los adultos en los Estados Unidos
tienen sobrepeso ó son obesos, según el National Cancer Institute, lo que
aumenta el riesgo de desarrollar cáncer, enfermedades cardiovasculares,
diabetes, y otras tantas enfermedades crónicas. Pero un equipo internacional de
investigadores, liderados por Andrew Larner, investigador del Massey Cancer
Center, perteneciente a la Virginia Commonwealth University, ha conseguido
revertir la obesidad exitosamente en ratones manipulando la producción de una
enzima, denominada proteína tirosina quinasa 2 (Tyk2). En sus experimentos, los
científicos descubrieron que la Tyk2 ayuda a regular la obesidad en ratones y
en humanos a través de la diferenciación de un tipo de tejido graso conocido
como tejido adiposo pardo (BAT).
El estudio, publicado en la revista Cell Metabolism, es el primero que proporciona evidencias de la
relación entre la enzima Tyk2 y el tejido adiposo pardo. Estudios previos
liderados por Larner y su equipo descubrieron que Tyk2 ayuda a suprimir el
crecimiento y la metástasis en el cáncer de mama, y ahora el estudio actual sugiere que esta
misma enzima podría ayudar a proteger frente al cáncer y revertir la obesidad.
Los científicos fueron capaces de revertir la obesidad en
ratones que no expresan la enzima Tyk2, al expresar una proteína conocida como
proteína transductora de señales y activadora de la transcripción 3 (Stat-3).
Stat-3 está implicada en la expresión de una gran variedad de genes, por lo que
regula un gran conjunto de procesos celulares.
Los investigadores encontraron que Stat-3 forma un complejo con la
proteína conocida como PRDM16, con el objetivo de restaurar el desarrollo del
tejido adiposo pardo y disminuir la obesidad.
“Hemos descubierto que los niveles de Tyk2 en ratones están
regulados por la dieta. Entonces analizamos muestras tisulares de humanos y
hemos encontrado que los niveles de Tyk2 eran un 50% menores en las personas
obesas”, dijo Larner. “Nuestros hallazgos abren unos nuevos caminos potenciales
para la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos nutricionales y
farmacológicos de la obesidad”.
Existen dos tipos diferentes de grasa: el tejido adiposo
blanco (WAT) y el tejido adiposo pardo (BAT). El WAT es la principal reserva
energética de nuestro cuerpo. El BAT se emplea para la generación de energía
con el objetivo de mantener la temperatura corporal. Los depósitos de BAT están
presentes en todos los mamíferos, pero hasta hace poco, los científicos
pensaban que BAT sólo estaba activo en los recién nacidos, y no en los humanos
adultos. Sólo en los últimos cuatro años se ha demostrado que el tejido adiposo
pardo está presente en adultos y ayuda a regular el gasto energético. Además,
la investigación muestra que una actividad disminuida del tejido adiposo pardo
está asociada con el síndrome metabólico, una combinación de trastornos que
incrementan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes. Los
investigadores estimaron que el síndrome metabólico podría afectar
aproximadamente hasta un 25% de la población estadounidense.
“Hemos hecho una serie de observaciones muy interesantes en
este estudio, pero hay muchas preguntas que aún no han sido contestadas”, dijo
Larner. “Hemos planeado realizar una investigación con más profundidad en las
acciones de la Tyk2 y de Stat3 con el objetivo de entender mejor el mecanismo
implicado en el desarrollo del tejido adiposo pardo. Creemos que esta
investigación podrá ayudar a descubrir nuevas dianas para tratar una gran
variedad de enfermedades que se relacionan con la obesidad, tales como el
cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes”.
Fuente:
Virginia Commonwealth University (2012, December 5). Obesity reversed in mice
by manipulating production of an enzyme. ScienceDaily.
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