Científicos del centro de investigación vasco, CIC bioGUNE, en
colaboración con el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos y el Centro
Nacional de Supercomputación de Barcelona han descubierto cómo la Legionella
manipula nuestras células para sobrevivir en ellas.
Este descubrimiento podría conducir al desarrollo de nuevas
estrategias para combatir la legionelosis, una enfermedad potencialmente
mortal.
La Legionella, que habita en aguas estancadas, accede a
nuestro organismo a través de las vías respiratorias, cuando inhalamos gotas
microscópicas de agua contaminada.
Esta bacteria, denominada Legionella pneumophila, es la causante de la legionelosis, una
enfermedad infecciosa que puede derivar en neumonía. Para infectarnos, este
patógeno intracelular ha desarrollado un sistema complejo que le permite camuflarse y
pasar desapercibido en nuestras células, evitando así que éstas actúen en su
contra.
El estudio, publicado recientemente en la prestigiosa
revista PLOS Pathogens, ha resuelto
la estructura de la proteína SidD de este patógeno, implicada en la
interferencia de los procesos celulares de nuestras células durante la
infección.
La Legionella
pneumophila es un organismo que, durante millones de años de evolución, ha
aprendido a manipular nuestras proteínas en su propio beneficio para favorecer
así la infección. Conocer cómo lo hacen, nos puede ayudar a manipular nuestras
propias proteínas para nuestro beneficio. Este conocimiento no sólo desvela
nuevas dianas que pueden ser utilizadas para el diseño de inhibidores sino que,
además, nos enseña mecanismos moleculares que podrían ser readaptados y
utilizados, por ejemplo, en el transporte selectivo de moléculas con utilidad
terapéutica.
La legionelosis fue bautizada así en 1976, cuando se
describió por primera vez un brote epidémico de neumonía entre los
participantes de una convención de la Legión Americana en Filadelfia (EE UU). La
infección por este patógeno, que suele aparecer en corrientes de agua o conductos de refrigeración, puede provocar
dos enfermedades de pronóstico muy desigual. La más conocida es la enfermedad
del legionario, una infección respiratoria severa que puede implicar neumonía y
conlleva una elevada mortalidad si no se emplea un tratamiento adecuado a base
de antibióticos. La otra, mucho menos grave, dura poco tiempo y se presenta con
una alta fiebre y se suele curar por sí sola.
Fuente:Europa Press
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