
Este hallazgo, publicado en la revista Journal of Clinical Investigation, puede conducir a nuevas formas
de tratamiento de la infertilidad femenina.
Es la primera vez en la que se relacionan los macrófagos con
el embarazo, dado que estos organizan el desarrollo de redes de vasos
sanguíneos, lo que es esencial para la producción de progesterona, la principal
hormona en el inicio del embarazo.
Un número insuficiente de macrófagos conduce a una reducción
en la producción de progesterona, lo cual provoca que no se implanten los
embriones.
Además el estudio demostró que si se trata con progesterona,
se puede corregir los efectos adversos causados por una reducción en el número
de macrófagos.
Fuente: Science Daily
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