Un estudio publicado en la revista Immunity, en el que participaron científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha revelado la existencia de un nuevo proceso molecular que permite amplificar la respuesta inmune de los linfocitos T.
Hasta el momento se sabía que los linfocitos T se encargaban de reconocer las moléculas de agentes patógenos o cancerígenos presentes en el cuerpo y activar la respuesta del sistema inmunitario contra ellas. Según se desprende de este nuevo estudio, también son capaces de fagocitar parte de esas moléculas nocivas y exponerlas a otros linfocitos T con el objetivo de que sean reconocidas y memorizadas. Así, los linfocitos T que se encargan de destruir los virus o células cancerígenas mueren, pero los linfocitos T encargados de memorizar son capaces de dar una respuesta eficaz a la posible intrusión del patógeno en un futuro. En este sentido, Balbino Alarcón, investigador del CSIC, aclara que «los linfocitos T son ejecutores y desencadenantes de la respuesta inmunitaria».
El cuerpo humano dispone de células para defenderse de patógenos ó de células cancerígenas, los cuales poseen antígenos. Cuando uno de estos antígenos es detectado por
parte de los linfocitos B, siendo éstos ayudados por linfocitos T “helper”, producen anticuerpos, los cuales van dirigidos contra estos patógenos, y los exponen a otras células de defensa, como son los fagocitos y así los fagocitan y destruyen. Hasta ahora se sabía que las únicas células capaces de presentar antígenos de patógenos eran las células presentadoras de antígenos, es decir, linfocitos B, macrófagos y células dendríticas; pero ahora también se sabe que los linfocitos T son capaces por sí solos de presentar antígenos.
Para entender la respuesta del sistema inmunológico es necesario saber que los linfocitos T son capaces de generar señales a otros linfocitos de este tipo para convertirlos en efectores, es decir, destruyen los agentes patógenos, ó en células de memoria inmunológica, que protegerán al cuerpo en infecciones posteriores.
Xosé Ramón Bustelo, investigador gallego del equipo, resume el hallazgo: «En la respuesta inmune siempre se creía que los antígenos se presentaban a los linfocitos a través de otros tipos celulares como eran las células dendríticas o los macrófagos. En cambio, no se sabía que eso lo podían hacer también los linfocitos T».
Los científicos hallaron este proceso al estudiar la función de la proteína TC21, que resultó vital en la fagocitosis de los linfocitos T. A raíz de ello, descubrieron que éstos son capaces de activar una respuesta selectiva hacia los antígenos para que el sistema inmunitario adquiera memoria.
Vacunas vivas en el futuro
Este estudio podría abrir las puertas al uso de linfocitos T como vacuna viva. Algunas opciones a tener en cuenta son la reprogramación, para convertirlos en células de memoria, o bien la estimulación de su actividad a través de fármacos. No obstante, Xosé Ramón Bustelo se muestra cauto: «No creo que se pueda hablar de vacuna natural, bastaría simplemente con inmunizar pacientes con los antígenos adecuados según vías convencionales.
Reconociendo patógenos
Los linfocitos T disponen de receptores en su membrana para detectar patógenos. Cuando esto ocurre, se transforman en células efectoras, que luchan contra la infección, o en células de memoria, que la recuerdan para protegernos de ella.
Fuente: La Voz de Galicia
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