Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones
Cardiovasculares (CNIC) han descubierto una proteína que tiene un papel
esencial para evitar que las células madre adultas proliferen hasta convertirse
en oncogénicas, es decir, que generen cáncer.
El hallazgo, publicado en la revista Cell Stem Cell, podría representar una estrategia valiosa como
tratamiento terapéutico frente al cáncer. En la actualidad, hay abundantes
pruebas que indican que la senescencia celular es una protección natural contra
el desarrollo fisiológico de tumores.
Los investigadores han hallado que la proteína Ezh1 induce a
cambios epigenéticos que, según explica la jefa de Grupo del Laboratorio de
Estudio del Envejecimiento de Células Madre y autora principal del estudio, la
doctora Susana González, "suponen una barrera fisiológica esencial durante
la transformación oncogénica".
Así, los autores propone que Ezh1 "protege el
equilibrio entre el mantenimiento y una proliferación incontrolada de las
células madre hematopoyéticas, es decir, aquellas que proceden de la médula
ósea, y que generan células sanguíneas”. Por esta razón, podría tener un gran
impacto en la práctica clínica, ya que implica que "la inducción de la
senescencia puede suponer una estrategia valiosa como tratamiento terapéutico
para el cáncer".
La autora apuesta por investigar y ahondar en el
comportamiento de las células madre adultas, "puesto que el uso
terapéutico de dichas células ya está dando lugar a tratamientos innovadores
sobre ciertas patologías degenerativas agudas o crónicas".
La razón es que las células madre adultas tienen dos
capacidades principales: la de autorrenovarse para seguir siendo células madre,
y la de continuar la vía de diferenciación para la que están programadas y, por
lo tanto, inducir uno o más tejidos maduros, funcionales y plenamente diferenciados.
"Este fenómeno exige una compleja red molecular aún muy
desconocida entre diferentes reguladores celulares que controlar la
autorenovación", explica; un ejemplo de esto son las proteínas de Polycomb
y su efecto sobre los supresores de tumores p16INK4 y ARF, "absolutamente
necesarios para el mantenimiento de determinadas células madre".
Además, el hallazgo identifica como la desaparición de un
factor esencial para el mantenimiento de células madre embrionarias también
juegan un papel clave en el control homeostático de las células madre
hematopoyéticas.
"Comprender los mecanismos moleculares por los cuales
Ezh1 afecta a las células madre nos proporciona nuevos conocimientos sobre la
biología de las células madre hematopoyéticas y sus posibles aplicaciones.
Investigaciones futuras sobre el papel oncogénico de Ezh1 en trastornos
hematológicos, nos van a facilitar el desarrollo de terapias específicas",
concluye.
Fuente: Europa Press, Madrid, 6 de Noviembre.
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