sábado, 11 de mayo de 2013

Un componente presente en la leche materna, puede prevenir la muerte de bebés prematuros por enterocolitis necrotizante


Un ingrediente presente en la leche materna puede utilizarse para prevenir que los bebés prematuros
desarrollen una afección intestinal mortal que actualmente en la mayoría de los casos es incurable. La historia empieza con bebés que nacen muy pronto, antes de las 36 semanas de gestación, a los cuales se alimenta con una fórmula porque a menudo la leche materna aún no está disponible para el bebé prematuro.
Aproximadamente a los 10 días del nacimiento, el bebé empieza a vomitar y unas horas más tarde el vientre comienza a distenderse y a descolorarse, por lo que se hace evidente que el niño está desarrollando un problema en su estómago, por lo que a través de una radiografía normalmente confirman el diagnóstico de una enterocolitis necrotizante (EN), en la cual el tejido intestinal se muere. No queda otra que eliminar las partes muertas del intestino, pero a pesar de la operación, la mitad de los bebes mueren por esta patología.
Los científicos se fijaron que esta patología ocurre cuando el intestino comienza a ser colonizado por bacterias, proceso que normalmente se produce tras el nacimiento. Se centraron en receptores toll-like 4 (TLR4), una proteína del sistema inmune que está implicada en el reconocimiento de los microorganismos, la cual recientemente se relacionó con el desarrollo del intestino. Vieron que en estos bebés prematuros la proteína TLR4 está presente en mayores cantidades en los vasos sanguíneos que rodean la mucosa intestinal de los bebés prematuros que en los bebés a término completo.
El estudio demostró que al contrario de los ratones normales, aquellos ratones a los que se cruzó para que no expresasen el TLR4 en sus vasos sanguíneos no desarrollan la enterocolitis necrotizante, en un modelo diseñado para inducir esta enfermedad. Los hallazgos indicaron que bacterias en la sangre activan el TLR4 lo que conduce a una reducción en la producción de óxido nítrico, lo que conduce a que se estrechen los vasos sanguíneos y por tanto disminuya el flojo sanguíneo.
Esta ruta puede ser peligrosa si el tubo digestivo del bebé prematuro se inflama debido a una exposición a las bacterias que normalmente están presentes en el intestino, entonces los TLR4 disparan una respuesta de cese del flujo sanguíneo en el intestino, lo que conduce a la muerte celular y a la necrosis.
En este estudio vieron que los bebés que se les amamantó sobrevivían más a la enterocolitis necrotizante que aquellos bebés prematuros que se les alimentaba con fórmulas, lo que  hizo que los investigadores buscasen qué componente de la leche materna era el responsable.
Los investigadores encontraton que la leche materna tiene unos altos niveles de nitrato sódico, el cual es transformado por la microbiota intestinal a nitrito. El nitrito puede transformarse directamente en óxido nítrico, el agente vasodilatador, el cual mejora el flujo sanguíneo intestinal.
Este nitrito adicional parece que corrige los efectos de la activación de TLR4 y corrige el problema del flujo sanguíneo. Cuando a los ratones se les administro una fórmula suplementada con nitrato sódico y un análogo de nitrito a ratones prematuros, se ha visto que se mejoraba el flujo sanguíneo en el intestino y no se desarrollaba la enterocolitis necrotizante.
Fuente: Science Daily

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