Un grupo de científicos ha ideado un método para liberar
enzimas que eliminan los tumores de una manera que estas enzimas se mantienen
protegidas hasta que pueden realizar su trabajo en el interior celular, según
han publicado en una revista de la American Society for Microbiology, los
científicos han ensamblado paquetes microscópicos de proteínas que pueden
liberar la enzima denominada PEIII en el interior de las células. Al unir a la
enzima una proteína denominada ubiquitina, han podido proteger a la enzima de
la degradación por parte de la célula, permitiendo a la enzima completar su
trabajo. Estos resultados indican que también sería interesante añadir la
ubiquitina a toxinas para que realicen su trabajo.
Aunque los investigadores han estado desarrollando toxinas
selectivas dirigidas frente a los tumores, su éxito se ha visto obstaculizado
por multitud de problemas, entre los que se encuentran una inadecuada
especificidad tumoral y una baja eficiencia en la liberación de las toxinas en
el interior celular. En este estudio, los investigadores buscaban mejorar la
vida media de las enzimas en el citoplasma.
Para ello, crearon paquetes de proteínas diseñados para
llevar esto a cabo. El montaje de los paquetes incluye dos componentes: la
enzima “asesina” PEIII, y un conjunto de proteínas de ataque denominada IFn,
que liberan la enzima mediante poros en el interior celular. El sistema de liberación
ha sido diseñado específicamente para unirse y atacar a las células tumorales.
El tercer componente en este paquete era una nueva adición:
la ubiquitina, una proteína pequeña que normalmente es empleada por las células
para degradar las proteínas. Los investigadores insertaron la ubiquitinas entre
LFn y PEIII, entonces testaron el paquete en ratones con tumores. La idea era
que la enzima ubiquitinasa de la propia célula eliminase la ubiquitina y dejase
libre la enzima PEIII una vez que estuviese en el interior celular.
Este sistema funcionó, inhibiéndose el crecimiento celular
en los animales tratados. La adición de la ubiquitina aumentó la capacidad de
la enzima PEIII de sobrevivir en el interior de las células, mejorando así su
potencia. La ubiquitina no obstaculiza la eficiencia de la liberación de la
enzima en el interior celular.
Además, la ubiquitina redució la toxicidad de la toxina en
los tejidos no tumorales.
Fuente Science Daily
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