La inhibición de la formación de nuevos vasos sanguíneos es
una estrategia común para el tratamiento de una variedad de condiciones tales
como el cáncer, enfermedades inflamatorias, y la degeneración macular
relacionada con la edad. Desafortunadamente, la ineficiencia de drogas, la
resistencia, y la recaída han limitado el éxito de este enfoque. Ahora, una
nueva investigación publicada en la revista Cell Metabolism revela que centrarse
en el metabolismo de los vasos sanguíneos puede ser una forma de evitar estos
inconvenientes.
"Nuestros resultados revelan una nueva estrategia para
bloquear el crecimiento de vasos sanguíneos en varias condiciones patológicas,
privándola de los bloques necesarios para el crecimiento de la energía y de
construcción", dice el autor principal, el Dr. Peter Carmeliet de la
Universidad de Lovaina y el Centro de Investigación de Vesalio, en Bélgica .
Si bien las estrategias actuales para bloquear la formación patológica
de vasos sanguíneos se centran principalmente en la inhibición del factor de
crecimiento endotelial vascular (VEGF), esta última investigación se centra en
el bloqueo de la glicólisis, reacción bioquímica que las células endoteliales
necesitan para generar la mayor parte de la energía necesaria para
multiplicarse y migrar. Las células endoteliales forman el revestimiento
interior de un vaso sanguíneo y proporcionan una barrera entre la pared del
vaso y la sangre.
El Dr. Carmeliet y su equipo encontraron previamente que el
PFKFB3, activador de la ruta glicolítica promueve la formación de vasos
sanguíneos mediante la estimulación de la glicólisis en las células
endoteliales. En su nuevo trabajo, los investigadores descubrieron que el
bloqueo de PFKFB3 con una pequeña molécula llamada 3PO reduce la formación de
los vasos sanguíneos al inhibir el inicio de la proliferación y el movimiento
de las células endoteliales.
3PO también amplifica los efectos del bloqueo de VEGF. Y
aunque 3PO reduce la glucólisis sólo parcialmente y de forma transitoria, esto
fue suficiente para disminuir la formación de vasos sanguíneos en modelos
animales. "Al igual que muchas células del cuerpo necesitan la glucólisis
para el crecimiento y la supervivencia, la reducción parcial y transitoria de
la glicólisis podría limitar los efectos secundarios y la toxicidad de este
tratamiento en la clínica", señala el Dr. Carmeliet.
Los hallazgos podrían conducir a nuevos tratamientos que
bloqueen el crecimiento excesivo de los vasos sanguíneos que mantienen el
avance de las células cancerígenas, que causan ceguera, y aportan energía a enfermedades
inflamatorias como la psoriasis y la enfermedad inflamatoria intestinal.
Fuente: ScienceDaily
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