Los investigadores han descubierto que la terapia
génica usando un sistema de liberación modificada, o vector, puede restaurar el
sistema inmune de los niños con inmunodeficiencia combinada severa (SCID-X1),
enfermedad ligada al cromosoma X, un raro trastorno hereditario, potencialmente
mortal que afecta principalmente a los varones. Los esfuerzos previos para tratar
SCID-X1 con la terapia génica tuvieron éxito, pero aproximadamente una cuarta
parte de los niños desarrollaron leucemia dos a cinco años después del tratamiento. Los resultados de un estudio
financiado en parte por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades
Infecciosas (NIAID) de los Estados Unidos, un componente de los Institutos
Nacionales de Salud (NIH), sugieren que el nuevo vector es igualmente eficaz en
la restauración de la inmunidad y puede ser más seguro que los métodos
anteriores.
En esta patología, las mutaciones en un gen específico impiden
el desarrollo de los linfocitos T que combaten las infeccioes. El tratamiento estándar para la SCID
es el trasplante de células madre formadoras de células sanguíneas, pero
algunos pacientes carecen de un donante adecuado. En la terapia génica, los médicos
eliminan las células madre de la médula ósea del paciente, utilizan un vector
para insertar un gen corregido y luego insertan las células madre corregidas al
paciente. Los científicos
sospechan que en los vectores utilizados en estudios anteriores pueden haber
genes que controlan el ciclo celular, lo que contribuye a la activación de la
leucemia.
En el estudio actual, nueve niños con SCID-X1 se sometieron a la
terapia génica usando un vector diseñado por los investigadores del estudio. Siete niños desarrollaron linfocitos T
funcionales a niveles comparables a los observados en estudios anteriores y se
han mantenido sanos de uno a tres años después del tratamiento. Los análisis de los linfocitos T de
los niños sugieren que el nuevo vector causa menos cambios genómicos que
podrían estar vinculados al desarrollo de la leucemia. Los investigadores continuarán
monitoreando los chicos para estudiar si desarrollan leucemia. De los otros dos
niños, uno murió de una infección viral preexistente poco después de recibir la
terapia, y uno no logró desarrollar linfocitos T corregidos y se le dio un
trasplante de células madre de un donante no emparentado.
Fuente: ScienceDaily
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